Estos animales pasan el día bajo el agua y salen de noche a alimentarse de pastizales; son territoriales –en especial los machos– y pueden llegar a pesar alrededor de dos toneladas. Actualmente se calcula que existen entre de 50 y 70 hipopótamos dispersos por todo el río Magdalena, resultado de los primeros cuatro que fueron traídos al país por Pablo Escobar en 1980, y que tras su muerte fueron dejados en libertad.
“En África las extensas sequías, el consumo de carne de hipopótamo entre los pobladores y el uso de sus colmillos para fabricar artesanías son algunas de las formas de control natural que enfrentan estos animales, mientras que en Colombia no solo no hay depredadores carnívoros que les representen una amenaza, sino que además encuentran en nuestro ecosistema las condiciones idóneas para seguir multiplicándose, una preocupación futura si no se actúa con prontitud”, así lo asegura el biólogo Enrique Zerda Ordóñez, magíster en Conducta Animal y docente del Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Una tarea difícil pero posible de lograr
Según el experto, sacrificar a estos animales –como lo han propuesto otros científicos– es una salida fácil pero que afectaría la supervivencia de la especie que en África se considera en vía de extinción, por lo cual insiste en que se deben adelantar campañas de esterilización.
“Ahora mismo las entidades no ven la especie como un problema, pero a futuro, cuando haya 400 o 500 hipopótamos podría representar una amenaza para la supervivencia de otras especies que comparten zonas de alimentación”.
Agrega que aunque la esterilización se pueda considerar como una tarea difícil, es posible de lograr. Lo primero es ubicar a los animales, algo que, según el experto, puede ser difícil por su bajo número y porque están sumergidos en el agua, por lo cual se recomienda que este proceso se realice de noche, cuando los hipopótamos estén en la orilla del río; una vez identificados se les disparan tranquilizantes para poder realizar la castración.
Competencia con otras especies
Pese a que la especie no come carne, su masiva presencia puede representar una agresiva competencia con otras especies consumidoras de pastos. Hasta el momento en Colombia no se han registrado ataques de hipopótamos a pobladores, en parte porque se trata de poblaciones pequeñas al borde del río. Sin embargo el profesor Zerda sostiene que la especie tiende a tornarse agresiva, sobre todo cuando tienen crías a su cuidado o están en grupos grandes, algo que puede representar un riesgo futuro para las comunidades.
“No nos podemos olvidar de que son animales territoriales y que en grupo se pueden presentar luchas entre ellos, sobre todo entre machos. Por eso debemos frenar su reproducción y encontrarlos ahora que son un grupo menor”, destaca el académico.
Por último, el profesor Zerda hace un llamado a las personas para que no traigan al país estas especies, y mucho menos las liberen, ya que pueden terminar convirtiéndose en un problema de plaga para los cultivos, la salud humana y para otras especies.
Fuente: http://agenciadenoticias.unal.edu.co